Después de todo el escándalo de PRISM, muchos se preguntarán si es posible navegar por la red salvaguardando lo máximo nuestra privacidad y, aunque no existe la formula mágica, me gustaría recordar algunas cosas que pueden impedir que se recolecte más información de la que tú quieres mientras navegas.
1. Elección de navegador
Aunque parezca una tontería, el primer paso a la hora de elegir navegador cuenta mucho. Tres grandes implicados en PRISM son a su vez los desarrolladores de tres navegadores como Internet Explorer, Chrome y Safari, y no es coincidencia que en una de las últimas encuestas de Sophos donde preguntaban «¿De qué navegador te fías más?«, Firefox saliera ganando por goleada, el único navegador popular creado por una fundación sin ánimo de lucro y completamente software libre.
Más en el blog: ¿Da igual el navegador que uses?
2. Elección de buscador
Posiblemente lo que más uses a lo largo del día es el buscador, enviando búsquedas arriba y abajo todo el rato. Esta es una de las mayores fuentes de información sobre ti, y curiosamente los dos buscadores más populares están también controlados por dos de las empresas ya conocidas anteriormente.
Hay algunos buscadores que respetan tu privacidad, como Startpage.com o DuckDuckGo. Personalmente en estos momentos me gusta más Startpage.com (cómo añadirlo a la lista de tus buscadores) porque los resultados que ofrece son mejores, usando el motor de Google pero sin exponer tus datos a ellos.
Para los que no les guste la apariencia de la web, hay un userstyle disponible para que tenga una apariencia más Google.
Más información: Política de privacidad de StartPage.
3. Qué ves cuando navegas
Como ya venimos advirtiendo desde hace tiempo con iniciativas y complementos como Collusion, los anuncios y botones de redes sociales en todo tipo de webs recolectan información sobre tus hábitos de navegación y hacen negocio con ellos.
La única solución es bloquear estos contenidos, ya sea con Adblock Plus (seleccionando bloquear páginas que nos siguen y botones de redes sociales) o en combinación con Ghostery.
Adicionalmente deberías configurar tu navegador para que no acepte cookies de terceros y curarte en salud.
4. Uso responsable de lo que compartes
Si no te queda más remedio que usar una red social, se consciente de lo que compartes. Aunque puedas limitar con quién compartes contenido, muchas redes sociales se reservan el derecho a vender bajo demanda tus contenidos/perfil a terceros, ya no sólo gobiernos, si no también empresas.
También se consciente de los términos de uso de algunos servicios como el correo electrónico controlado por las empresas anteriormente citadas.
Y finalmente recuerda que cuando un producto es gratis, la mayoría de las veces el producto, eres tú 😉