Artículo publicado originalmente en PucelaBits, podéis dejar vuestros comentarios allí.
El que nos rastrean mientras navegamos es algo que tenemos ya bastante claro, pero con la entrada del «internet de las cosas» de manos de los sospechosos habituales, la violación de nuestra privacidad toma una nueva, y dantesca, dimensión.
Hoy mismo Google presentaba «Google Home» un aparato similar a lo que Amazon Echo ofrecía pero con el peligro añadido que es ofrecido por una empresa que ya sabe demasiado sobre ti y qué haces online.
No creo que el poner un micrófono en tu salón que está continuamente escuchando y transmite tus datos a una empresa que vive de la publicidad me parezca una grandísima locura sólo a mi, pero dentro de muy poco la gente se echará las manos a la cabeza preguntándose por qué le aparecen anuncios todo el rato de viajes a Mallorca, casualmente conversación que tuvieron con unos amigos la noche pasada en su casa.
Y no solo eso, ¿qué ocurrirá cuando ciertos gobiernos intenten forzar legalmente a estas empresas a dar acceso a estos micrófonos por «nuestra seguridad»?
Bienvenidos todos, feliz 1984.