Y llegaron los smartphones
En junio de 2007, salía a la venta el primer iPhone, revolucionando el mundo de los smartphones, poniendo en la mesa que lo importante eran las aplicaciones. Curiosamente, en el anuncio inicial Steve Jobs lo tenía muy claro: No habrá un SDK, las aplicaciones serían web y se ejecutarían sobre Safari Mobile usando estándares.
And guess what? There’s no SDK that you need! You’ve got everything you need if you know how to write apps using the most modern web standards to write amazing apps for the iPhone today. So developers, we think we’ve got a very sweet story for you. You can begin building your iPhone apps today.
Poco después aparecería el App Store y las restricciones a aplicaciones de terceros o jailbreak, el negocio de las aplicaciones era demasiado jugoso como para no controlarlo férreamente.
En noviembre de 2007 se anunciaba la creación del proyecto Android y la Open Handset Alliance. Google había comprado el proyecto y el código del sistema sería libre: «Open Software, Open Device, Open Ecosystem». En 2008 se pondría a la venta el primer dispositivo Android.
Muchos vimos la creación de Android como una esperanza para que las plataformas móviles no quedarán en la oscuridad del software privativo, controladas por unas pocas empresas. Android prometía ser una plataforma abierta que diera a cualquiera la oportunidad y libertad de implementarlo en sus dispositivos, al fin y al cabo ¡era software libre! Si Google dejaba de gustarnos siempre se podía hacer una versión alternativa (fork).
Android se expandió a más del 80% de los dispositivos, era lógico, cualquiera podía implementarlo en sus terminales y los desarrolladores podían publicar casi de todo en su Market.
Varias cosas fueron las que no tuvimos en cuenta con tanto entusiasmo (veremos por qué es relevante más adelante):
- Curiosamente las aplicaciones para acceder a los servicios de Google que venía en Android no eran libres.
- El desarrollo fue y es a puerta cerrada. Sólo ves el código cuando se publica la versión final.
La evolución de las dos plataformas (iOS y Android) evolucionó de forma muchas veces similar, creando silos verticales gracias a las tiendas de aplicaciones (App Store y Google Market/Play store), atando a desarrolladores y usuarios. Tanto Apple como Google deciden qué está en sus plataformas, si bien en cierto que Google es mucho más abierto y permite todo tipo de aplicaciones con pocas restricciones.
¿Qué pasó después?
Sin casi darnos cuenta Google fue transformando Android en una plataforma que no podía existir sin las aplicaciones de Google. Con la escusa de evitar la fragmentación y que todo el mundo tuviera sus aplicaciones actualizadas, empezó a mover algunas aplicaciones de sistema al Play Store pero con la peculiaridad de que dejaron de ser abiertas.
La búsqueda pasó a ser Google Search, música paso a ser Google Play Music, Calendario fue Google Calendar, Cámara es ahora Google Camera, incluso el teclado se transformó en Google Keyboard. Pronto la aplicación de mensajes (SMS) se integrará en Google Hangouts, las fotos en Google+ fotos e incluso el marcador telefónico (Dialer) pasará a ser cerrado por integrarse con los servicios de Google. Esto sin contar infinidad de APIs integradas en Google Services para que las aplicaciones de terceros accedan a la localización, pagos… en Arstechnica escribieron un artículo [EN] bastante externo al respecto.
Esto puede no parecer un gran problema, si no fuera porque al crear estas versiones marca Google, dejó de actualizar y mantener las aplicaciones originales que sí eran libres, convirtiéndolas en abandonware. Esto hace que la experiencia Android no sea tal si no tienes el pack de aplicaciones Google instaladas, algo bastante inconveniente ya que implica que si quieres vender un terminal con Android y las Google Apps tienes que firmar un acuerdo con la Open Handset Alliance que significa pasar el control de Google de qué terminales puedes o no puedes distribuir.
La gran esperanza de plataforma libre murió. Crónica de una muerte anunciada, sí, pero no supimos verlo hasta hace muy poco.
Hay salida: Firefox OS llega al rescate
Quizá alguien sí se dio cuenta de todo esto, quizá alguien que vivió algo muy similar en el escritorio, en el mundo de los navegadores en los años 90 y 2000.
La propuesta de Mozilla con Firefox OS pretende acabar con este duopolio que se ha formado. Frente a la oscuridad, software libre y (más importante) desarrollo abierto, libre y comunitario. Frente a los markets cerrados y restringidos, la web como plataforma.
En un mundo en el que nuestra privacidad está más comprometida que nunca hace falta una plataforma libre que aporte transparencia, que de las mismas oportunidades a desarrolladores, fabricantes, operadoras y usuarios. Firefox OS no es sólo algo bueno, es necesario. Si Mozilla no lo hubiera puesto en marcha, alguien tendría que haberlo hecho.
La única forma de liberar las plataformas móviles es apostar por estas plataformas donde nadie tenga el control, donde quien desarrolle la plataforma no tenga intereses económicos por ser una organización sin a?imo de lucro, donde no haya que pedir permiso o atarse a un tercero para publicar o consumir contenido y aplicaciones y donde cualquiera pueda aportar su granito de arena para mejorar la plataforma día a día.
La web ha sido la mayor herramienta de democratización de la historia, y tened por seguro que lo volverá a ser en este caso e influenciará a que las que no lo son se adapten.
No lloréis aún por las plataformas móviles, Firefox OS tiene mucha historia que escribir.
Relacionado: Sobre por qué Firefox OS es bueno y marcará la diferencia técnicamente.